viernes, 11 de abril de 2008

C.F.M. Curso 1977-1988

Yo tuve la suerte de ser alumno de la Betsaida. Yo tuve la suerte y la desgracia de ser quién soy gracias a esta pequeña escuela, situada en un barrio obrero de una ciudad obrera en la frontera de otra ciudad obrera.

No puedo afirmar que todos los antiguos alumnos de aquel pequeño recodo de inocencia hoy sean gente normal, que vivan lo que se denomina una vida normal, ni si son felices o no. Lo que sí puedo afirmar -y corren tiempos en los que poco podemos afirmar - es que aquella escuela estaba encantada. Lo sé porque lo vi, y lo sé porque me lo contaron. Allí a menudo, cuando los niños tenían un sueño, éste se cumplía.


Maite soñaba que nadaba entre sirenas y un día viendo la película sobre la biografía de Federico García Lorca, yo la vi nadar con ellas. Todos nos reímos cuando de repente se abrió la luz de la sala de filmaciones y la vimos bucear estirada en el suelo con los ojos cerrados. Ella se avergonzó y las sirenas desaparecieron.


Héctor, en Besalú, encontró un llave que abría la famosa Casa de las Brujas. Yo vi la llave donde había dibujada una escoba como la de Harry Potter. Y acompañé a Héctor a abrir la casa y la llave encajó perfectamente. Y vimos Gnomos e incluso algún Orco malhumorado. Me dijeron que en Santa María de Palautordera hubo gente que se enamoró de Ninfas del bosque que bailaban al son de María Magdalena. Incluso que algunos montaron un purasangre alado de nombre Xaloc.


Van a cerrar la escuela, y van a trasladar a los niños a otra. Mis sobrinos son alumnos y me cuentan cosas. Me gustaría que me contaran más, pero la verdad es que los veo poco. Si he de ser sincero, la escuela no me provoca demasiada morriña ya, y sé que eso es un claro síntoma de que me he hecho mayor. La añoré durante años, maldije a la naturaleza por hacerme crecer, e insulté al tiempo por quitarme de manera lenta y premeditada mi niñez. Y ahora creo que por mucho que escriba, por mucho que grite, por mucho que llore, la escuela desaparecerá igual que desaparece la vida y se transforma en otra forma de ser. Tenía que ocurrir tarde o temprano y quedará en nuestro recuerdo para siempre, incluso quedará en el recuerdo de nuestros hijos hasta que algún día ya nadie recordará la escuela Bestsaida. Apenas aparecerá un artículo en el WikiPedia si a alguien se le ocurre publicarlo y cuando algún día desaparezca Wikipedia, debido a que los ordenadores se prohibirán porque una extraña enfermedad del futuro que llamarán con algún nombre extraño como OverInformation estará haciendo estragos en la sociedad.


Y al final nada... sólo, como diría mi admirado Drexler, "polvo de estrellas".


Me importan bien poco los motivos por los que cierran la escuela. Seguramente son falsos, ya que parece que existe una confabulación mundial para asfaltar todo el planeta tierra, aunque me gusta pensar bien y creeré que es más caro adecuar la escuela que enviar a los niños a otra del grupo. Pensaré bien, pensando que los motivos son económicos e incluso me autoconvenceré que quizá el modelo educativo utilizado está obsoleto en los tiempos que corren. Pensaré bien, porque me enseñaron a pensar bien. Las personas que me ayudaron a crecer se llaman Fátima y Gemma que me regalaron ternura. Pilar, con la que aprendí a ser mejor siendo compasivo. El políticamente incorrecto Miquel Ángel Coque que me enseñó a ser rebelde. La profesora Maruja que avivó mi constancia. Constantino, con sus metáforas, consiguió lo imposible; el profesor Jesús, que me mostró un mundo distinto al que me rodeaba. A todos les doy las gracias y que les vaya bonito como dirían en México.


Nos volveremos a ver, seguro. Nos volveremos a ver en las mismas circunstancias y en circunstancias completamente distintas y no nos reconoceremos, pero al cruzarnos quizá un olor, quizás un gesto, una mirada o una anécdota nos sea extrañamente familiar, ya vivida. Os pararéis un instante, sonreiréis, y continuaréis vuestro camino que acaba y empieza, si queremos, en esa sonrisa.


"Los amorosos siempre se están yendo, siempre hacia alguna parte. Los amorosos son locos sin Dios ni Diablo que juegan a coger el agua y tatuar el humo".



domingo, 6 de abril de 2008