martes, 1 de julio de 2008

Carta de Fátima, para muchos nuestra primera "senyu"

Septiembre 1977, ya hace 30 años de eso, llamé por primera vez a la puerta de Betsaida y apareció el sr. Mateu (padre de María).

Yo era estudiante de Magisterio y quería hacer las prácticas en esta escuela pequeña en tamaño pero muy grande en todas aquellas cosas que ha sido capaz de hacer sentir, impartir, valorar a todas aquellas personas que han pasado por sus aulas (me remito a lo que estoy leyendo y a lo que a lo largo de los años muchos me habéis hecho sentir).

María aceptó que hiciese las prácticas y en aquel momento empezó mi andadura por esta escuela que si el destino no lo impide está a punto de ser trasladada.

Mis prácticas las hice con la srta. Fina en P3, curso de Noemí Sabaté, Carlos Fontanals, …. y tantos otros.

No se puede explicar lo que aprendí y sobre todo lo que disfruté en aquellos cuatro meses.

Acabé la carrera y ya me quedé, precisamente en P3, era la “señu” de los enanos del cole. Recuerdo anécdotas como hacer colección de chupetes que conseguía quitarles, venir más de un abuelo y preguntarme a mí por la srta. de su nieto (probablemente me veían, por mis características físicas, como una alumna de los cursos superiores), etc.

¿Cuántos novios he tenido en la escuela? Son incontables, pero nunca pasaban de tener seis años.

Creo que se podrían llenar libros con todas aquellas anécdotas.

¡Qué cursos aquellos, qué magia ha encerrado esta escuela! Incluso nosotros nos creíamos esas pequeñas fantasías que vivíamos con vosotros. Cada vez que celebrábamos una cena de 8º, se iba una parte de nosotros.

Como decía Arantxa, puede que fuera “campanilla”, en parte de eso se trataba, de poder hacer llegar todos aquellos conocimientos con la magia necesaria que se debe tener para hacer sentir todo aquello que un niño necesita para tener una base que le sirva el día de mañana para caminar con paso firme y por el camino que como persona desea.

Eso es cierto, os formamos en el aspecto académico pero esta escuela y las personas que formamos parte de ella, desde el principio, tuvimos muy claro que los conocimientos eran muy importantes pero aún más era educaros en valores que realmente os iban a ayudar el día de mañana.

Gracias a todos mis compañeros que en momentos buenos y sobre todo en los malos, que es realmente cuado se necesitan, han estado ahí.

A todos vosotros, con los que he podido compartir tantos sentimientos, sonrisas, miradas cómplices, palabras, gestos, una caricia o un beso, gracias.

Fátima

1 comentario:

Unknown dijo...

Vaya por Dios! Yo que pensaba que mi chupete se lo había quedado tu hijo cuando nació... Un beso enorme para mi primera "seño". Quim Esteban