viernes, 28 de marzo de 2008

Aportación de Víctor Sánchez

Me llamo Víctor Sánchez y yo, como mis dos hermanas Maribel y Susana, fuimos alumnos de la Betsaida, todos guardamos un muy buen recuerdo, que se ha visto beneficiado por nuestra posterior experiencia en otros centros de enseñanza, en mi caso como alumno y como docente.

Si algo había en la Betsaida era humanidad. La aparición de las ampas (en muchos casos órganos de intrusismo en la profesión de los docentes), la macrocefalia de los legalismos que miden la calidad de los colegios en metros cuadrados y número de ordenadores y el despiadado ánimo de lucro acabaron lo que comenzó como un proyecto de corazón y vocación de los fundadores de la Betsaida.

Estas breves líneas son un homenaje para todos aquellos que participaron en aquella Betsaida y que nos han regalado a los alumnos unos años inolvidables y, sobre todo en mi caso particular, el deseo de llevar ese espíritu en nuestra vida profesional.

Confío en que pronto nos demos cuenta de que un patio más grande, unas clases más amplias y muchos ordenadores no son una mejor educación. La educación no se mide cuantitativamente sino cualitativamente y a partir del firme compromiso de la sociedad para construir un mundo más justo, sensato y honesto.

1 comentario:

la_drummer_girl dijo...

es molt bonic el que fas, yo tmb t'apoyo ;)